Igualdad y trabajo femenino, más allá del cumplimiento normativo

El SAD (Servicios de Ayuda a Domicilio) es un sector altamente feminizado donde los estereotipos de género se perciben con claridad basados en la idea cultural de que las mujeres, por el hecho de serlo, poseen saberes y habilidades para el cuidado, y porque ellas son quienes han llevado a cabo históricamente la gestión de los cuidados en el entorno familiar. Esto da lugar a una segregación ocupacional por sexo, donde la mayoría de los contratos son hechos a mujeres y se encuentran pocos candidatos masculinos, que a su vez encuentran limitaciones para acceder a estas ocupaciones.

Un buen camino para equilibrar estas diferencias es la profesionalización de la ocupación, poniendo en valor el papel clave de los servicios SAD como sistemas de apoyo y ayuda a las familias, y su contribución a la conciliación familiar y laboral de las personas trabajadoras facilitando un sistema de corresponsabilidad.

En Asturias contamos con empresas destacadas en el sector, como Antonio Corripio Servicios SL, que aplicando un sistema de trabajo basado en procedimientos documentados y un estricto control y supervisión, ha implantado un proceso de selección pionero, apostando por el principal activo de la empresa: su personal profesional y altamente cualificado. Siendo reconocido por ello e incluido dentro del Catálogo de Buenas prácticas en el Ámbito de la Gestión de los RRHH del Ayuntamiento de Gijón.

AC Servicios es la primera empresa del sector socio-sanitario asturiano adscrita al Pacto Mundial de las Naciones Unidas que premia la Equidad como compromiso de trato justo e igualitario para garantizar una verdadera igualdad de oportunidades laborales.

AC Servicios lleva muchos años trabajando por la igualdad; siempre han entendido que su conducta como empresa debe ir más allá del cumplimiento de la normativa en vigor en esta materia y desde 2012 cuentan con un plan de igualdad en el que se concretan acciones que les permiten la retención del talento en su plantilla a través, entre otras, de unas adecuadas y reales medidas de conciliación, así como el sostenimiento de un entorno laboral agradable, donde prima el respeto, la educación y el cumplimiento de los compromiso, un entorno en el que apetece “hacer cosas”.