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Opinamos

Los fondos europeos, la necesidad de colaboración de toda la sociedad

  • 28 de junio de 2021
  • 3 min

Por Javier Vila, Director General de Asuntos Europeos.

A estas alturas de la película entiendo que quienes están interesados en los Fondos Europeos ya tienen suficiente información sobre el “qué” y algo, aunque con matices, sobre el “cuándo”. Para quienes sea materia novedosa, permítanme ofrecerles dos sencillas recomendaciones: busquen en internet “Marco Financiero Plurianual” y “Next Generation EU” y más adelante léanse el “Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia” entregado por el Estado Español a la Comisión Europea. Lean, lean.

Ahora que sabemos bastante sobre el “qué”, vamos a intentar descifrar el “cómo” hacemos el mejor uso y aprovechamiento de esos fondos en nuestra región. Debemos entender que las reglas de juego generales las marca la Unión Europea, que por cierto no son unos extraños hombres de negro, sino uno de los sistemas democráticos más complejos y avanzados del mundo, por el que unos casi 450 millones de personas -ahora que Reino Unido ha decidido ir por otro camino- nos ponemos de acuerdo en decisiones comunes. El sistema no es perfecto, lo sé, pero ese tema es para otro día.

Dentro de esas reglas de juego, el Estado –tras un mecanismo de gobernanza multinivel interno, en el que tampoco vamos a entrar ahora por su complejidad- negocia con la Comisión Europea las líneas maestras que definirán el uso de los Fondos en los próximos años. Una vez que esas líneas quedan definidas ¿cómo se puede hacer un mejor aprovechamiento de los fondos? y ¿en qué deben concentrarse los esfuerzos en nuestra región?

Para responder a esas preguntas, el método es tan sencillo, y a la vez tan complicado, como volver a apelar al tan manido término Democracia, en el más grandilocuente y a la vez mundano, de sus sentidos. La democracia como sistema de toma de las decisiones del común. Estamos hablando del futuro de nuestra región, de la Asturias que legaremos a nuestras próximas generaciones, las inmediatas y las no tanto.

El Gobierno debe asumir el liderazgo, no puede ser de otra manera, y a partir de ahí es necesaria la colaboración de la sociedad en su conjunto. Perdónenme que no enumere, necesariamente, alguien se quedaría sin citar y la intención de este artículo es recordarle a usted, ya sea dirigente de una gran empresa o persona en el paro de larga duración, que tiene garantizado su derecho a participar.

El primer paso que dio el Gobierno de Asturias fue crear un Mapa de Estrategias en el que compilar todas las estrategias regionales, y encajarlas con sus homólogas nacionales y europeas. El siguiente paso fue crear un Comité Asesor de Fondos Europeos en el que se da cabida de forma permanente a todos los agentes más relevantes de la sociedad, y de forma no permanente a todos los demás. Por último, se creó una Oficina de Proyectos Europeos (OPE), para centralizar la recepción de todas aquellas propuestas, sean ideas o proyectos, tanto públicos como privados, susceptibles de ser financiados con fondos europeos.

El trabajo de la OPE es recopilar toda la información de los proyectos de manera homogénea, garantizando que todos son recibidos para su análisis, y a partir de ahí, evaluar las sinergias que se pueden generar entre ellos, estableciendo e interactuando con el Mapa de Estrategias de modo que se pueda avanzar en la definición de lo que podemos llamar la Diversificación Económica de Asturias.

Y aquí entro en harina, claro, porque cuando uno dice “diversificación” está dejando claro que hasta ahora teníamos demasiados huevos puestos en la misma cesta, y ya sabemos que esa cesta tiene un tiempo limitado.

Las líneas generales de hacia dónde vamos parecen gozar de consenso generalizado: una Asturias verde, igual, sostenible, cohesionada, digital, industrial; potenciando la industria que ya tenemos –metalúrgica, energética, alimentaria, naval-, descarbonizándola y digitalizándola, reconfigurando nuestro sistema energético, reduciendo nuestro consumo a través de la rehabilitación energética de viviendas, empresas y edificios públicos, multiplicando el apoyo en I+D+i, garantizando la conectividad física y digital y apostando por la movilidad sostenible, potenciando el sector primario, el apoyo a las PYMES, la economía circular, el desarrollo del sector turístico -vinculado al excelente patrimonio, no solo natural, sino también cultural y etnográfico-, la economía de los cuidados, la economía azul, la adaptación del sistema educativo a los trabajos del futuro y, cómo no, la oportunidad de resolver nuestro reto demográfico, compatibilizando actividades antiguas, presentes y futuras del medio rural y redefiniendo su relación con el entorno urbano. Y todo ello facilitado por la tan manida colaboración público-privada. “Diversificación”, esa es, desde mi punto de vista, la palabra clave para el futuro de nuestra región.

Termino por donde empecé. ¿Cómo lo vamos a hacer en Asturias? Pues no puede ser de otra manera que con las aportaciones y la colaboración de toda la sociedad. En nuestra comunidad tenemos honrosos ejemplos de capacidad asociativa, de juntarnos para lograr un bien común. Potenciémoslo y que el éxito sea “a la asturiana: tola xente xunida y ensin dexar a naide tras”.

Javier Vila, Director General de Asuntos Europeos.

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